La Prensa / Opinión / 27 de
septiembre de 2012
Hacia
una cultura de paz
Dr. Eduardo Flores Castro
Catedrático de la Universidad de Panamá
La cultura de la
paz consiste en una serie de valores, actitudes y comportamientos que rechazan
la violencia y previenen los conflictos. Para prevenir los conflictos se debe
priorizar el diálogo y la negociación entre las personas, los grupos o
naciones, teniendo como norte el respeto a los derechos humanos.
La educación es uno
de los instrumentos más importantes para promoverla, aunque el poseer títulos
universitarios no es garantía de tenerla. Solo la formación con una educación
en valores puede encaminarnos hacia esta cultura.
Asumir una cultura
de paz implica respeto a la vida, rechazo a la violencia y la valoración de las
tradiciones de los pueblos. Conlleva, además, tener una actitud tolerante,
solidaria y de entendimiento. Promoverla entraña: impulsar un desarrollo
económico sostenible de todos los sectores de nuestra sociedad; garantizar la
equidad de género; promover la participación democrática y el empoderamiento de
la sociedad y estimular el derecho a la información y al conocimiento.
La cultura de la no
violencia entraña forjar un mundo más justo y solidario, y tomar medidas hacia
la erradicación de la pobreza. También, involucra respetar la dignidad de los
demás y acabar con la discriminación. Debemos rechazar la violencia física,
sexual, psicológica y social; en particular hacia los más débiles, como son los
niños, los adultos mayores y los discapacitados.
Es necesario
compartir los recursos materiales para terminar con la exclusión y la
injusticia, y propiciar el desarrollo de los grupos vulnerables. Debemos
defender la libertad de expresión, privilegiar el diálogo sin fanatismo,
promover un consumo responsable, así como preservar el ambiente y tener
presente la finitud de los recursos del planeta.
Debemos continuar
esforzándonos para que la Universidad de Panamá sea una institución en donde se
respete el derecho a disentir, se practique la tolerancia, se ejerzan los
verdaderos valores democráticos y para que la academia sea el parámetro
fundamental en la toma de decisiones.
Para finalizar,
quisiera compartir con ustedes dos cortas pero profundas frases de uno de los
científicos más importantes de la era moderna, me refiero al físico alemán
Albert Einstein; él señaló: “La vida es
muy peligrosa; no por las personas que hacen el mal, sino por las que se
sientan a ver lo que pasa”. “Cuando me preguntaron sobre algún arma capaz
de contrarrestar el poder de la bomba atómica yo sugerí la mejor de todas: la
paz”.
La
Estrella / Opinión / 4 de agosto de 2013
El
Periodismo en Panamá en el siglo XXI
Eduardo Flores Castro
Catedrático
de la Universidad de Panamá
No soy periodista, ni siquiera
tengo educación formal en las humanidades, sin embargo como panameño, me
permitirán hacer algunas consideraciones sobre el quehacer periodístico en
nuestro país. Lo primero que tenemos que señalar es que el periodismo es una
actividad que recopila, sintetizar, publica y en algunas ocasiones analiza información
de algún tema de interés.
Los primeros periodistas de
nuestro país, fueron talentosos escritores panameños que tenían la facilidad de
transmitir a sus lectores la pasión y el sentimiento que le ponían a sus
escritos. Durante el siglo XX podemos señalar, entre otros, a: Guillermo
Andreve, Gaspar Octavio Hernández, Samuel Lewis, Domingo H. Turner, Diógenes de
la Rosa, Ricardo J. Alfaro, Octavio Méndez Pereira, Heliodoro Patiño, José Gabriel
Duque, Manuel Celestino González, Gil Blas Tejeira, Guillermo Rodolfo Valdés,
Mario Velásquez y Adán Castillo
Galástica.
En nuestro país la carrera universitaria
de periodismo nació 1961 dentro de la Facultad de Facultad de Filosofía, Letras
y Educación y posteriormente se convirtió en la Facultad de Comunicación Social
para así favorecer su desarrollo.
Todavía no está claro si un
periodista especializado debe ser un profesional de una especialidad que
después estudie periodismo como su segunda carrera, o debe ser un periodista
profesional que en vista de su formación autodidacta o a través de cursos se
especialice en un área de conocimiento específico. Lo que sí está claro es que el ciudadano del
siglo XXI es cada vez más exigente y reclama la formación especializada de los
periodistas en diversos campos. Entre
las especialidades, que a nuestro juicio estamos requiriendo podemos señalar:
Periodismo ambiental: este profesional
se ocupa de la información relacionada con el ambiente, la naturaleza y su
entorno. Su función es la de ofrecer
información ambiental que permita al ciudadano formarse un visión fundamentada,
sobre algún hecho con afectación al ambiente.
Periodismo científico: tiene la
función de divulgar de forma entendible para la población, los avances del
conocimiento científico. Si los ciudadanos no son consiente de las repercusiones
de los nuevos avances científicos, no tendrán criterios para decidir si estas
nuevas tecnología en verdad los favorecen (v.g. Transgénicos, clonación,
células madre, etc.).
Periodismo cultural: tiene el
objeto de dar a conocer, divulgar y promocionar el quehacer artístico, literario
y artesanal de la sociedad local y mundial.
El periodismo cultural puede ser analítico, crítico o divulgativo. Puede
incluir no sólo las bellas artes, sino las ciencias sociales y humanas.
Periodismo económico: se encarga
de informar, analizar, interpretar y transmitir hechos relacionados con la
economía, haciendo énfasis en sus causas y sus efectos para la población.
El periodismo es llamado el
"Cuarto Poder", ya que es la profesión que más influye en la mente de
los ciudadanos. Debido a esto también es
una de las profesiones más riesgosas no sólo para su estabilidad laboral sino
para su vida. No conozco a ningún
periodista en nuestro país que se haya jubilado en la empresa periodística en
donde inició. En función de esta
capacidad de influir sobre el comportamiento de las personas, en algunos
países, incluyendo el nuestro, los políticos tratan de comprar la mayor
cantidad de medios de comunicación, con la premisa de que quien domine los
medios, dominará también la voluntad popular.
Durante la carrera de periodista,
se les hace énfasis a los estudiantes que siempre deben ser objetivos, buscar
fuentes seguras y verificar la información que piensan transmitir. También se señala que los deberes éticos, no
sólo abarca a los periodistas sino también a los medios, y que estos deben ser
independientes respecto a los poderes políticos y económicos. La objetividad periodística es en algunas
ocasiones difícil de lograr, ya que siempre está presente la influencia del
dueño del medio. Para ilustrar esto,
permítanme relatarles la siguiente anécdota: Se cuenta que una vez en la
víspera de una Semana Santa el dueño del diario en donde laboraba José
Celestino Gonzales le dijo: -Gonzalito, escríbete algo sobre Jesucristo-, y
este le respondió: -cómo lo quiere a favor o en contra.-
La Prensa / Opinión / 4 de abril de 2014
¿Por
quién voy a votar?
Dr.
Eduardo Flores Castro
Catedrático
de la Universidad de Panamá
El voto es un deber y un derecho. Se debe ejercer de forma secreta, de tal
manera que nadie sepa por quien se votará. No es mi costumbre, pero por
considerar lo especial de estas elecciones haré público el candidato a la
presidencia que elegiré este 4 de mayo.
Yo votaré:
Por el candidato que coloque a la educación como eje
central de su plan de gobierno.
Por el que establezca una norma legal, para que los gobiernos no puedan
chantajear a las universidades del Estado, a través del presupuesto que se les
asigna, y que internalice que todos los problemas de una nación tienen solución a través en la educación.
Por el que construya en los
barrios, en especial en los más humildes, centros de convivencia cultural
para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Por el
que valore la historia, como parte de nuestra identidad; que reinstaure la
cátedra de “Historia de la Relaciones de Panamá con Estados Unidos” y que sea consciente de que
no se puede amar a un país, si no se conoce su historia.
Por el que proponga proyectos
para motivar a los jóvenes estudiar y deseche la deleznable
práctica de entregar dinero o mercancías para ganar apoyo electoral. Por el que
no tolere la corrupción en ninguna de sus formas (coimas, sobrecostos,
contrataciones directas, etc.) y que tenga una política exterior inteligente y
seguidora de nuestra tradición de país conciliador de conflictos.
Por el que gestione integralmente
el manejo de los desechos e instale plantas de
tratamiento de las aguas servidas en todas las provincias, para que
protejamos nuestros suelos y acuíferos. De manera que el país no se vea sumido
en la insalubridad y aseguremos el crecimiento con sostenibilidad.
Por el que propicie una ley que
prohíba la minería metálica a cielo abierto en todo el territorio nacional, y
que comprenda que el 4% de las ganancias que generan las empresas mineras,
jamás podrá reponer lo que perdemos en biodiversidad.
Por el que abandere la protección
de los manglares, bosques y ríos, y que visualice que el suelo, el agua, la
flora y la fauna son nuestros verdaderos tesoros. Por el que no permita la
venta y el acaparamiento de las costas, de forma que todo ciudadano tenga acceso, sin tener
que caminar kilómetros para encontrar una servidumbre para llegar a la playa.
La
Estrella / Opinión / 21 de junio de 2018
todos por la Autonomía Universitaria
Dr.
Eduardo Flores Castro
Rector de la Universidad de Panamá
Como ya es sabido por la comunidad universitaria y
nacional, la Sala Tercera de la Corte Suprema de Justicia, emitió, el 11 de
junio de 2018, la resolución que "DECLARA QUE NO ES NULO Y, POR TANTO, NO
ES ILEGAL" el Artículo 182-B del Estatuto de la Universidad de Panamá y en
consecuencia "ORDENA el
levantamiento de la medida cautelar de suspensión provisional de los efectos de
la misma".
De esta manera se levanta la medida de suspensión
provisional del pago de la bonificación por retiro, hasta de 15 meses de remuneración,
a los profesores universitarios, demandada por la Contraloría General de la
República, por lo que, hemos dado instrucciones
para iniciar el proceso conducente al pago de la bonificación a los universitarios
que tienen ese derecho, legalmente consignado en el Estatuto de la Universidad
de Panamá.
La sentencia ha sido respetuosa del principio que “La
Universidad de Panamá con base a su autonomía normativa tiene la facultad de
normar, sin injerencia de terceros, esto es, con total independencia, sus
propios Acuerdos”. Esta capacidad de autorregulación que tiene el Estatuto
Universitario deriva de la Constitución de la República, de nuestra Ley
Orgánica, y de los pactos internacionales que abordan aspectos universitarios.
Es oportuno señalar que se trata de un logro institucional en el que todos hemos puesto
especial empeño:
El Consejo
General Universitario convocó una marcha a la Corte Suprema de Justicia en
defensa de la autonomía de la Universidad de Panamá, que se llevó a cabo el día
11 de mayo, con una multitudinaria participación de los universitarios y con
diversas manifestaciones de apoyo en la mayoría de los Centros Universitarios
del país. Estas acciones, sin duda alguna, generaron una corriente de respeto y
simpatía hacia nuestra Institución.
En esa
ocasión la Universidad solicitó ser
parte interesada en el proceso judicial iniciado, lo cual fue aceptado. Esto
nos permitió presentar informes y alegatos.
La
importante participación y presencia sostenida
de la Asociación de Profesores de la Universidad de Panamá (APUDEP),
gremio que actuó como tercero coadyuvante en el proceso contencioso
administrativo, aportando sustentaciones importantes para la defensa de los
derechos de los profesores y de la autonomía universitaria.
Igualmente,
la participación activa de las demás organizaciones de profesores,
administrativos y estudiantes.
La Administración
universitaria presentó dos documentos jurídicos rigurosamente sustentados: El
informe explicativo de conducta y el escrito de alegatos. Para esto, se recibió la asesoría de juristas
externos a la Universidad de Panamá, identificados con la defensa de los derechos de nuestros
profesores y de la autonomía universitaria.
La Administración
aportó las opiniones de reconocidos juristas nacionales en defensa de la
legalidad del Artículo 182-B del Estatuto, emitidas por las Ex Magistradas de
la Corte Suprema de Justicia, Dra. Aura Emérita Guerra de Villalaz y Dra. Esmeralda de Troitiño y por el Dr.
Rolando Murgas Torraza, Profesor Emérito de la Universidad de Panamá.
Es necesario
valorar, en forma muy especial, las cartas de apoyo solidario del Consejo
Superior Universitario Centroamericano (CSUCA), del Dr. Juan Bosco Bernal,
rector de la Universidad Especializada de las Américas y del capitán Aladar
Rodríguez, rector de la Universidad Marítima Internacional de Panamá.
De igual
manera, las muestras de solidaridad de distintas organizaciones nacionales como
el Colegio Nacional de Abogados y la Asociación de Profesores de la República
de Panamá.
Finalmente, es
conocido que un número apreciable de universitarios, a título personal, asumieron
la tarea de explicar a altos personeros del gobierno y a Diputados de la
República, la posición y razones jurídicas de la Universidad de Panamá, en
defensa de nuestra autonomía.
Tenemos la convicción que los planteamientos de la
Administración, de los gremios, de los juristas, y demás personas y
organizaciones que hicieron algún aporte en esta jornada, fueron determinantes
en la decisión de la Corte Suprema de Justicia. Prueba de esto es que varios de
estos planteamientos aparecen citados en las consideraciones de la resolución.
Esta sentencia de la Corte Suprema es histórica y constituye
un triunfo de todos los universitarios y de una buena parte de la comunidad
nacional. Se ha fortalecido el principio de la autonomía universitaria, legado de
la Reforma Universitaria de Córdoba, que este año, precisamente, cumple su
primer centenario.
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