El Problema Energético en el Contexto Global La Energía Eléctrica en Panamá ... / Ruta Energética para Panamá ................. / El Etanol en Panamá

 Diario CoLatino / EL Salvador / 10 de mayo de 2012

El problema Energético en el contexto global

Dr. Eduardo Flores Castro
Catedrático de la Universidad de Panamá

Desde que el hombre primitivo empezó a cocer sus alimentos, la energía que un persona por utiliza por día se ha multiplicado por mil.  En la actualidad el consumo energético mundial está distribuido de acuerdo a se estima a su procedencia así: Petróleo: 37 %, Carbón: 27 %, Gas Natural: 24 %, Hidroelectricidad: 6 % y Nuclear: 6 %.  La demanda mundial de energía tiene un incremento anual de 1%.

De acuerdo a las modelaciones, tomando en cuenta nuestras reservas conocidas en el planeta y nuestras crecientes demandas energéticas, las reservas de petróleos están programadas para agotarse en el año 2060.  Las reservas de uranio llegarán a su fin en el 2070.  Las reservas de gas natural verán su límite de producción para el año 2080.  Mientras que las reservas de carbón se verán agotadas para el año 2190.  Lastimosamente la que más nos puede durar, es también la más contaminante.

En los países “desarrollados”, cada persona consume anualmente el equivalente a 40 barriles de petróleo.  En los “menos desarrollados” cada individuo consume por año el equivalente a 6 barriles.  Si los habitantes del planeta consumieran la energía que consume cada ciudadano de E.U.A, habría que multiplicar por 5 la producción de energía mundial.  El desarrollo de un país, no debe medirse por la cantidad de energía consumida por habitante, si no el uso eficiente con que utiliza su energía.

Venezuela posee la cuarta reserva de hidrocarburos del mundo y la primera de América.  Si consideramos los yacimientos de petróleo ligero y ultrapesado (con alto contenido de azufre) que  posee Venezuela, posea la mayor reserva de hidrocarburos del mundo.  De aquí, que el interés de las grandes potencias hacia Venezuela, vaya mucho más allá que Hugo Chávez.

Brasil cuenta con la cuarta reserva de hidrocarburos del continente y con la decimoquinta del mundo, esto sin contar con importantes yacimientos de petróleo en aguas profundas que en los últimos años ha descubierto.  En términos generales podemos señalar que Latinoamérica tiene un gran potencial hidroeléctrico, de gas natural (Bolivia, Perú, Venezuela y Brasil) y de biocombustible.

Para un aprovechamiento de los recursos energéticos de Latinoamérica, se requiere: Integración regional (ductos, líneas de conexiones, operaciones conjuntas).  Para garantizar el futuro energético de nuestros países, se requiere: Inversión en personal especializado (Educación); inversión en desarrollo de innovaciones tecnológicas; inversiones en infraestructura a largo plazo; y una asociación productiva (no explotadora) con empresas internacionales.



Panamá América / Opinión / viernes 13 de julio de 2012
                                                                  
La energía eléctrica en Panamá

Eduardo Flores Castro
Catedrático de la Universidad de Panamá.

Antes del 1968, la energía eléctrica era controlada por la empresa Compañía Panameña de Fuerza y Luz. Desde 1972 y hasta 1997, el Estado administró este servicio público a través del Instituto de Recursos Hidráulicos y Electrificación.  A partir de 1997, la generación se privatiza (el Estado conserva el 49 % de las hidroeléctricas privatizadas); la transmisión pertenece 100 % al Estado y la distribución se privatiza parcialmente (El Estado conserva 49 %).

Cada vez que usted paga su recibo por el servicio eléctrico, su dinero va destinado así: 65% para las empresas generadoras, 5 % para la empresa de transmisión (ETESA) y 30 % para la empresa distribuidora de energía de su región.

Tenemos una capacidad instalada de energía eléctrica próxima a 1 660 MW.  Mientras, la demanda de pico es de 1 500 MW.  Cada año, el desarrollo económico no sustentable de Panamá requiere cerca de 60 MW de nueva generación.

Nuestra dependencia energética de petróleo es de 87 %.  Estudios preliminares han evidenciado que en la provincia de Darién y en el Golfo Darién hay petróleo y gas natural.  La explotación de estos yacimientos será económicamente rentable en función de la evolución del precio internacional de estos combustibles.

La hidroelectricidad tiene una potencia próxima a los 900 MW, lo que equivale al 54% de la generación de electricidad total del país. Se tiene capacidad para construir 180 nuevas hidroeléctricas con potencia de 3 040 MW.  El 94 % de estas potenciales hidroeléctricas estarían ubicadas en: Bocas del Toro, Chiriquí y Veraguas.

La energía por unidad de superficie que recibe nuestro país durante un día es del orden de 4,5 kWh/m2.  Si deseáramos remplazar toda nuestra energía eléctrica por fotovoltaica, es decir energía proveniente del Sol, necesitaríamos un área para la disposición de los paneles solares de unos 120 kilómetros cuadrados, e invertir 6 000 millones de dólares.

Los potenciales lugares para la generación eólica son: Cerro Tute, Boquete, Hornito, La Miel, Coiba, las costas de Los Santos, Bocas del Toro, San Blas, Colón y el norte de Coclé. La rapidez media del viento en estos sitios es del orden de 35 km/h. En el supuesto de que tengamos la capacidad eólica para remplazar a toda nuestra actual generación eléctrica por aerogeneradores, se requeriría una inversión de alrededor de los 3 000 millones de dólares.

La energía geotérmica es la que se obtiene mediante el aprovechamiento del calor del interior de la Tierra.  Las zonas con mayor potencial geotérmico son: Caldera y La Colorado, El Valle de Antón, La Chitra, y Tonosí. Se estima que tenemos un potencial geotérmico del orden de los 65 MW.

De los 21 puntos en el mundo que se destacan como potenciales fuentes para el aprovechamiento de la energía mareomotriz, la costa pacífica de Panamá es una de ellos. El Golfo de Panamá, por tener una diferencia de altura entre sus mareas de aproximadamente 4,0 m, posee un potencial mareomotriz susceptible de ser aprovechada.

No deseo concluir sin señalar que el 49 % de las acciones de las hidroeléctricas y en la distribución que fueron parcialmente privatizadas en 1997 representan una excelente fuente de ingreso para el Estado, y no representan un riesgo económico; muy por el contrario, en función del agotamiento de las reservas mundiales de petróleo, estas acciones se cotizarán cada vez más.  Por lo que venderlas representa un pésimo negocio para todos los panameños, que somos sus dueños, y un excelente negocio para la empresa privada que las compre.



Panamá América / Opinión / Viernes 14 de septiembre de 2012

Ruta energética para Panamá

Eduardo Flores Castro
Catedrático de la Universidad de Panamá.

El agotamiento de las reservas de petróleo es un hecho y, a pesar de que se encuentren otras formas de extracción de las entrañas de nuestro planeta, la contaminación que sus derivados producen lo hacen una alternativa energética no sustentable. Toda política energética se inicia por la toma de conciencia del Gobierno y la sociedad sobre la gravedad del problema. La posibilidad de utilizar nuestra posición geográfica para convertirnos en Centro Energético Regional, es viable, siempre que redunde en una energía más limpia y barata para la población, y no con el objetivo de aumentar el mercado de las grandes transnacionales de la energía.

Si bien es cierto que las hidroeléctricas son fuentes no contaminantes de energía, se tiene que normar el número máximo de hidroeléctricas que se pueden construir en un río y legislar con criterio científico sobre el caudal ecológico. Las hidroeléctricas que se construyan deben ser de tamaño medio, con un área de embalse que no creen afectaciones y con una apropiada compensación ambiental y socioeconómica a la población afectada. Además, las futuras hidroeléctricas deben ser construidas y administradas por el Estado.

En la actualidad, el 15 % de las familias panameñas no cuentan con energía eléctrica. Esto se debe a que no se ha ampliado significativamente la red de distribución eléctrica. Crear nuevas líneas de transmisión para garantizar el futuro energético debe estar acompañado por vías de acceso hacia las comunidades y programas de desarrollo socioeconómico de estas áreas. En estos lugares es altamente rentable el aprovechamiento de nuestra potencialidad eólica y solar.

Debemos capacitar a nuestros productores del campo, para que utilicen biocombustible, haciendo uso de las excretas de sus animales. En la actualidad, el 15 % de las familias panameñas utilizan leña para preparar sus alimentos. Se hace necesario reforzar el manejo sustentable de la leña, a través de los programas de siembra de árboles de crecimiento rápido.

Es urgente modernizar la empresa estatal de generación eléctrica EGESA y ampliar la capacidad a fuentes alternas de energía no contaminantes. El transporte es el mayor consumidor de petróleo, por lo que una de las medidas que habrá que tomar será la de incentivar el uso de motores de bajo cilindraje y eficientes.

Se debe motivar a que en los diseños de viviendas y edificios se tome en cuenta la eficiencia energética. Así como estimular el uso de focos LED y fluorescentes, exonerándolos de impuesto. Hace falta una ley que establezca que los acondicionadores de aire de las instituciones públicas se sitúen como mínimo en 24 ºC. Un acondicionador consume 7 % menos energía por cada grado Celsius más alto al que se le ajuste.

Se hace necesaria una revisión integral de las leyes y normativas relacionadas con el mercado energético en Panamá, con el fin de que los precios de cobro al consumidor sean justos y que las ganancias de las empresas sean razonables. Además, se debe estimular que los ciudadanos y las empresas instalen panales solares y aerogeneradores para su consumo, pero para esto se requiere flexibilizar y estimular estas iniciativas en nuestra legislación.

Para motivar proyectos de innovación tecnológica que mejoren la eficiencia energética, se requiere que un porcentaje del presupuesto de nuestras universidades esté dirigido exclusivamente a la investigación. La SENACYT, en coordinación con las universidades, debe establecer programas de becas, a nivel de grado y postgrado, para capacitar a los profesionales relacionados con la cuestión energética que el país necesite.

La Secretaría de Protección al Consumidor, en coordinación con las universidades, debe establecer un Centro de Eficiencia Energética, en el que se mida la eficiencia de todos los aparatos de venta en la República, y se creen incentivos fiscales para los más eficientes. Finalmente, como parte del compromiso social de las empresas involucradas en el mercado eléctrico, se debe establecer una tasa especial del precio del kilowatt.hora, para todas las universidades públicas del país.



La Estrella / Opinión / 8 de octubre de 2013

EL Etanol en Panamá

Dr. Eduardo Flores Castro
Catedrático de Física de la Universidad de Panamá

El etanol es un compuesto químico obtenido a partir de la fermentación de los azúcares y su posterior deshidratación, que puede utilizarse como combustible o para producir bebidas alcohólicas.

Una hectárea sembrada de caña produce en Costa Rica, entre 5 000 litros y 6 000 litros de etanol al año.  En vista que el consumo anual de gasolina en Panamá es del orden de 1 150 millones de litros, si deseáramos añadir 5 % de etanol a la gasolina (Gasolina E5), se requerirían 58 millones de litros de etanol por año.  Si consideramos que nuestro rendimiento por hectárea estará en el límite superior de Costa Rica, necesitaríamos sembrar 97 km2 (9 700 hectáreas) de caña para abastecer todo el país.

Panamá posee aproximadamente 320 km2 de siembra de caña. Por lo que requerimos utilizar el 30 % de estas cosechas para producir el etanol u ocupar 97 km2 adicionales de tierra.

Características positivas
La producción nacional de etanol generará nuevos puestos de trabajo.  Sin embargo, hay que decir que estos trabajadores tienen salarios extremadamente bajos y a la mayoría no se les paga las cuotas del Seguro Social.  Por lo que propongo que a partir de la fecha se les pague su seguridad social a los trabajadores de la caña.

Un análisis del ciclo de vida del etanol, muestra que la emisión de CO2 es parcialmente compensada por el que fija la caña durante su crecimiento. En Panamá, esto representará unas 50 000 toneladas menos de CO2 al año.  Esto será cierto, siempre y cuando se elimine la mala práctica de quemar la caña para su cosecha.

La creación de una industria nacional de bioetanol reducirá en 5 % nuestra dependencia energética.  Sin embrago, si consideramos el combustible fósil que se utiliza durante la siembra, la producción y el transporte del etanol, el ahorro real es de 1,2 %. Por otro lado, esto pierde significado, si se hace lo que el presidente sugirió: sí fuese necesario se podría traer etanol del extranjero.  Si vamos a traer etanol de afuera, mejor nos quedamos con la gasolina.

Recomendaciones
Si para producir gasolina, se tienen que hacer millonarias exploraciones, perforar los pozos, refinar el petróleo para obtener la gasolina y finalmente nuestro país la importa; ¿por qué el litro de etanol esté más caro que el litro de gasolina? El uso del etanol no debió implicar ni un centavo de aumento en el precio del combustible.  El etanol en Brasil se vende a 28 % que el panameño y en Estados Unidos, a pesar de ser de maíz, se comercializa al 68 % del nuestro.

No es posible que una sola empresa sea que produzca el etanol.  Esto representa un monopolio que crea inconvenientes para los consumidores y el país. Se debió garantizar primero la competencia en la producción del etanol, antes de poner en práctica la medida; o en última instancia ser el estado el dueño de la producción.

En algunos países, la producción de etanol, ha sido el responsable de deforestaciones y del aumento del precio de los alimentos, al suplantar selvas y terrenos que antes se utilizaban para producir alimentos. Por lo que urge que el MIDA elaborare un programa de uso del suelo para la siembra de caña para etanol.

Debido a que el etanol se evapora a 78,4 ºC, la adición de etanol a la gasolina, podría hacer que la mezcla se evapore con mayor facilidad, generando pérdida de combustible.  Además, esto podría hacer que aumente la evaporación de sustancias que contiene la gasolina. Esto se puede evitar añadiendo un aditivo para reducir la presión de vapor de la mezcla gasolina-etanol.

La gasolina con 5 % de etanol no soporta más de 0,25 % de agua. A partir de este porcentaje de agua la mezcla se divide en dos fases, lo que puede causar fallos en el vehículo y pueden producir fenómenos de corrosión.  Para evitar esto, se debe tener un sistema eficiente de sellado de los tanque de combustible en las estaciones y de los autos.

La gasolina con 5 % de etanol contiene 1,7 % más de oxígeno, por lo que a los automóviles no computarizados, podrían requerir ajustes de los motores, ya que requerirán menos aire para la combustión.

Por ser el etanol un limpiador, puede arrastrar sedimentos presentes en el sistema. Debido a esto, se recomienda cambiar los filtros de combustible después de dos llenadas del tanque, al inicio que empieza a utilizar la nueva mezcla.  Además, se debe hacer una minuciosa limpieza de los tanques de combustible de las estaciones de gasolina.

Hizo falta más educación a la población, sobre todo si la ley está aprobada desde el 2011. Para facilitar su aceptación, se debió hacer un plan piloto con los autos del estado, monitoreados por los profesionales de la Universidad de Panamá y la Universidad Tecnológica.



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