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La Estrella / Planeta / lunes 7 de enero de 2013

EL AGUA EN EL MUNDO

Dr. Eduardo Flores Castro
Catedrático de la Universidad de Panamá

A medida que el conglomerado de partículas y gases, que fueron los precursores del planeta Tierra, se fue compactando, su interior se fue haciendo cada vez más caliente, provocando que los gases y el vapor de agua fueran expulsados de las sustancias sólidas.  Durante miles de años no hubo lluvia, sólo vapor de agua en la atmósfera.  A medida que la atmósfera se fue enfriando, el vapor se condensó y vinieron las enormes lluvias que formaron los océanos.

Sin embargo, la cantidad de agua que hay en la Tierra es mucha para poder explicarla solamente a través de la teoría anterior, por lo que se señala que los océanos se deben también a la colisión de asteroides gigantes cubiertos de hielo que chocaron contra la Tierra hace aproximadamente 105 millones de años después de la formación del planeta.

Cada día se evaporan 342 km3 de agua, que luego cae en forma de lluvia y retorna a los océanos.  Sólo se evapora el agua y no los sólidos en él disuelto, por lo que el agua de lluvia que cae es agua de alta pureza.  Al caer al suelo, arrastran las sustancias solubles en ella, de manera que las aguas de los ríos llevan consigo permanentemente sales hacia los mares.  Este proceso ha ocurrido durante millones de años, lo que ha provocado que los mares sean salados.

El agua puede disolver muchas sustancias, dándoles diferentes sabores, que dependerá de los minerales disueltos en ella.  La dureza del agua mide la concentración de compuestos minerales que hay en una determinada cantidad de agua, especialmente sales de calcio y magnesio.  El agua pura es insípida.

La capilaridad del agua es la capacidad que tiene de moverse por tubos estrechos en contra de la fuerza debido al campo gravitatorio. Esta propiedad es aprovechada por todas las plantas y árboles para el transporte de nutrientes.

El agua bloquea ligeramente la radiación solar, permitiendo que las plantas acuáticas absorban su energía.  La capacidad del agua para absorber energía, hace que los océanos moderen las temperaturas terrestres.  Además, su elevado calor de vaporización y el ser un líquido inerte, lo convierte en un fluido eficaz para apagar incendios.

El agua es un elemento bastante común en nuestro sistema solar y en el universo; principalmente en forma de hielo y vapor.  Es muy probable que Europa (luna de Júpiter) y Encélado (luna de Saturno) posean agua líquida bajo su gruesa capa de hielo.

Las primeras formas de vida en nuestro planeta aparecieron en el agua.  Las células vivas tienen aproximadamente 75 % de agua.  Los humanos poseemos aproximadamente 65 % de nuestro peso en agua. Las formas de vidas conocidas dependen del agua, ya que sus propiedades son esenciales para muchos procesos metabólicos como la fotosíntesis y la respiración.

La historia muestra que las civilizaciones primitivas florecieron en las cuencas de los ríos.  Muchas ciudades, como Londres, París, Tokio, Hong Kong, Montreal, Nueva York, Buenos Aires y Panamá deben su riqueza a la conexión con alguna gran vía de agua que favoreció su crecimiento y su prosperidad.

En la Tierra habitan actualmente 7 000 millones de personas, de las cuales, cerca del 40 % de la población (80 países) tienen problemas de disposición al agua.  Las Naciones Unidas han señalado que el acceso al agua apta para el consumo es una necesidad humana fundamental y, en consecuencia, un derecho humano básico.

La mayoría de las religiones consideran el agua como un elemento purificador.  Como muestra de esto, podemos citar a Pedro 2:3-5 en donde se señala: “Estos ignoran voluntariamente que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste”.



La Prensa / Opinión / sábado 23 de febrero de 2013

LaS GuerraS Por el Agua

Eduardo Flores Castro
Catedrático de la Universidad de Panamá

La mayoría del agua de nuestro planeta es salada, al punto que sólo un 2,50 % es agua dulce.  Además, casi toda esta agua dulce está atrapada en enormes acuíferos subterráneos o en los hielos polares.  Por lo que debemos tener presente que el agua de nuestros lagos y ríos representa únicamente el 0,01 % del agua de la Tierra.

Se estima que el 70 % del agua que utilizamos se destina a la agricultura, el 20 % a la industria y solamente el 10 % se destina para el consumo doméstico.  La Organización Mundial de la Salud considera que la cantidad adecuada de agua para que una persona cubra sus necesidades básicas es de 50 L/día.  Pero si consideramos los alimentos y productos industriales que una persona consume, la cantidad de agua por habitante por día aumenta dramáticamente.

Para que tengamos una idea del agua que se requiere para fabricar o cultivar algunos artículos que utilizamos a diario, veamos la siguiente lista: una hoja de papel requiere 10 L de agua; una manzana 70 L de agua; una taza de café requiere 270 L de agua; un plato de papas fritas necesita 500 L de agua; una hamburguesa requiere 2 500 L de agua; un pollo necesita 2 700 L de agua; hacer un blue jeans necesita 11 000 L de agua y para producir un automóvil se requieren 148 000 L de agua.

Mientras la población en el último siglo se ha triplicado, el consumo de agua por persona se ha multiplicado por seis.  En la Tierra habitan actualmente 7 000 millones de personas, de las cuales, cerca del 40 % de la población (80 países) tienen problemas de acceso al agua.  Dentro de estas poblaciones con problemas de requerimiento de agua, 700 millones viven por debajo del umbral de agua para un desarrollo saludable.

Algunos acuíferos subterráneos que suministran agua a países desarrollados están contaminados por los pesticidas usados en la agricultura, por los productos químicos empleados por las industrias y por las filtraciones procedentes de los vertederos de desechos. 

Las descargas de agua contaminada,  constituyen hoy la causa principal de las malas condiciones en que se encuentran muchos ríos y es la fuente de transmisión de enfermedades como el dengue, el cólera, la diarrea y la hepatitis.  En términos generales, el agua no apta para el consumo causa el 80 % de las enfermedades en el mundo y provoca más de 3 millones de  muertes; de los cuales el 90 % tienen menos de 14 años.

El acaparamiento del agua se da cuando sectores poderosos asumen el control de las cuencas de agua para su propio beneficio, privando de este recurso a las comunidades locales.  Esta apropiación convierte al agua en un recurso abierto cuyo acceso debe negociarse y suele basarse en la capacidad de pago.  El acaparamiento del agua también se da cuando se utiliza para cubrir las necesidades de los grandes monocultivos de producción industrial, cuando se embalsa para las grandes hidroeléctricas sin la determinación científica del caudal ecológico, y cuando las corporaciones se apropian de este recurso para la producción de agua embotellada.  Para que tengamos una idea del gran negocio en que se ha convertido la venta de agua embotellada, podemos señalar que del año 1970 al 2013, la venta de este líquido envasado se ha multiplicado por 200.  Lo que representa un negocio de 49 000 millones de dólares al año.

En la actualidad, 25 países de Oriente Medio y del norte de África se encuentran en conflicto debido a la escasez crónica del vital líquido.  En vista que naciones ubicadas en las partes altas de los ríos desvían el agua para proyectos de regadío, y que los países que están río abajo ven disminuido el volumen de agua que les llega, se producen conflictos entre las naciones.  También aparecen antagonismos cuando un país aguas arriba, descarga elementos contaminantes en el río, perjudicando las aguas más abajo.  

Las necesidades creciente de agua de más de 7 000 millones de personas, sumado a la deforestación y al cambio climático, provoca que el caudal de los ríos disminuya.  Por lo que nos atrevemos a señalar que el requerimiento de agua potable es la mayor amenaza para la paz mundial que enfrenta la humanidad en este siglo.  Por consiguiente, la preservación de las fuentes de agua y su uso racional es un deber de todos los que habitan este planeta. 



La Prensa / Opinión / 4 de mayo de 2013

El Manejo del Agua

Dr. Eduardo Flores Castro
Catedrático de la Universidad de Panamá

La Constitución de la República de Panamá, en su Artículo 110 establece que: Corresponde al Estado combatir las enfermedades mediante el saneamiento ambiental y el desarrollo de la disponibilidad de agua potable.  Además, en su Artículo 118, señala que: Es deber del Estado garantizar que la población viva en un ambiente sano y libre de contaminación, en donde el aire, el agua y los alimentos satisfagan los requerimientos del desarrollo adecuado de la vida humana.

A pesar de estos mandatos constitucionales, el acceso al agua potable, el uso de servicios sanitarios y los sistemas de tratamiento de aguas servidas son deficientes.  Pareciera que el mal servicio que brinda el IDAAN, debido a su bajo presupuesto, estuviera encaminado a que la población acepte cada vez más la práctica de privatizar algunos servicios y funciones.

A pesar que en nuestro país, cerca de 260 mil panameños no tienen acceso a agua potable, las fugas de agua en las ciudades representan alrededor de un tercio del agua suministrada.  Como si esto fuera poco, del total de personas que atiende el IDAAN, el 30 % no tienen agua las 24 horas del día.

En Panamá el consumo por persona por día está próximo a 380 L. Mientras que la Organización Mundial de la Salud ha señalado que una persona puede cubrir sus necesidades básicas con 50 L por día.  Esto significa que todos debemos hacer un uso más racional del agua y las autoridades deben procurar tener un mejor servicio de reparación de las fugas, ya que estos aumentan significativamente el consumo medio por persona.

Por otro lado, 400 mil personas no tienen dentro de su vivienda servicio sanitario, y de estas personas, 200 mil no tienen ningún tipo de servicio sanitario, haciendo sus necesidades al aire libre.  Lo contradictorio es que a pesar de ser Panamá uno de los países con mayor índice de crecimiento a nivel mundial, el 75 % del agua residual no es tratada, contaminando ríos, playas y acuíferos; afectando la biodiversidad y poniendo en riesgo a la salud de la población.

La sobrexplotación y degradados de nuestras fuentes de agua, se debe a la poca preservación de las cuencas hidrográficas, la degradación de los bosques de galería y a la no conservación de los ecosistemas.  

La nueva Autoridad Nacional de Agua Potable y Saneamiento está adscrita a la presidencia de la república, la cual corre el riesgo que se torne en una institución que sea utilizada para promocionar al presidente de turno.  Todos los miembros de la Junta Directiva de esta Autoridad están designados por el Presidente de la República; no existiendo participación de la sociedad civil organizada.  La figura de Fiscalizador que se crea en la Ley, responde a la Junta Directiva y no a los usuarios.

Pensar en crear nuevas dependencias que regenten el agua no soluciona el problema si se sigue con la misma política de no dar el debido respaldo a la institución que administra el agua y se continúa dando a las empresas privadas los servicios. La falta de política adecuada sobre el agua ha producido que la cobertura del agua no aumente, que no se dé el adecuado mantenimiento y que las operaciones del IDAAN sean poco eficientes; dando como resultado que una de las empresas privadas más rentables de este país sea la venta de agua embotellada.

Resolver la problemática del vital líquido, pasa por la descentralización de los municipios y su participación en la administración regional del agua.  Debemos de formar el capital humano sobre las diferentes especialidades asociadas con el recurso agua; pero para que este personal se conserve en las instituciones públicas, se debe mejorar significativamente el salario de estos profesionales. Es obligante incrementar la cobertura de los servicios de agua potable y alcantarillado sanitario.  Todavía no se ha entendido que sale más barato invertir en este rubro, que gastar en medicamentos para combatir las enfermedades que causa la ingesta de agua no potable.  Se requiere construir en cada provincia plantas de tratamiento de aguas residuales. Es necesario aprovechar nuestras fuentes de agua subterráneas y proteger las cuencas hidrográficas que las sostienen.

El agua es un recurso natural limitado y un bien público esencial para la salud y la vida.  Para la ONU el acceso al agua es un derecho humano, para nosotros el acceso al agua es una Necesidad Humana, categoría que va más allá que un derecho, ya que usted puede tener derecho a algo y luchar por ese derecho, pero cuando algo es una Necesidad Humana, significa que si usted no lo tiene simplemente perece.

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